Todos los ojos estarán puestos en Europa esta semana esperando si Alemania da muestras de voluntad para trabajar con la Unión Europea para resolver la crisis de la deuda griega. Parece no existir una solución adecuada ni un concenso general para otorgar más crédito o encontrar una manera de reestructurar la deuda.
El problema es que Grecia puede hacer muy pocas cosas para resolver sus problemas. Mientras tanto, el contagio continúa propagándose a España, Portugal, Italia e Irlanda. Aunque se encontrara una manera de aumentar el plazo de pago, la realidad es que Grecia está quebrada y simplemente no puede pagar su deuda, sin importar los descuentos y quitas que le hagan. Y lo más lamentable es que la mayoría de los gobiernos occidentales están en la misma situación.
A pesar de que Estados Unidos tiene sus propios problemas y su economía ha perdido fuerza, con toda seguridad sera quien vaya al rescate. Y tendrá que hacerlo para tratar de evitar un impacto negativo en su sistema financiero si Europa fracasa en su intento de recuperar su economía.
Está a prueba la unidad de la Comunidad Europea y la disposición de los países para anteponer los intereses de la UE a los propios. Hay un gran volúmen de deuda del bloque PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) para derribar todo el sistema europeo.
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