La Fundación Kauffmann (organización sin fines de lucro) publicó un estudio donde descubrió que entre 1980 y 2005, las empresas de nueva creación generaron 40 millones de empleos nuevos, mientras que las empresas establecidas prácticamente no crearon ninguno.
Este dato resulta de gran utilidad para resolver el dilema nacional: reducir el déficit fiscal y crear nuevos empleos en el sector privado para reducir el desempleo. La reducción de la deuda y el aumento en los trabajos es un tema prácticamente irreconciliable y el reto de cualquier economía estancada.
Una forma de disminuir esta brecha es que las grandes empresas y los grandes capitales, utilicen sus recursos para iniciar empresas que pueden ser fuente de nuevos puestos de trabajo. Los nuevos empleos deberán ser creados por las empresas nuevas o jóvenes, no sólo por las pequeñas empresas.
Un esquema donde se concedan créditos fiscales para las grandes empresas que utilicen sus recursos de efectivo en la creación de nuevas empresas, puede ser una forma de resolver el problema.
Los nuevos puestos de trabajo producirán impuestos, lo que reducirá el déficit del presupuesto federal. La reducción del déficit presupuestario aumentará la tasa de crecimiento de la economía, aumentará los beneficios empresariales y reforzará el mercado de valores. Esto podría incentivar a los nuevos emprendedores.
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